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Cada día, durante el recreo escolar, Ramadhani Idrisa Muhando y sus amigos encendían la radio para escuchar a 20 Percent 😆 o a Jose Chameleone, estrellas del bongo flava, un género musical tanzano influenciado por el hip-hop y el R&B.

El amor 😆 de Muhando por la música, dice, "tiene sus raíces en ese patio de la escuela" en Tanga, en la costa 😆 este de Tanzania, pero fue singeli, un estilo desarrollado a 125 millas de distancia en Dar es Salaam, lo que 😆 cambió el rumbo de su vida.

"Boda boda [conductores de motocicleta] tocaban singeli en altavoces. Esos nuevos ritmos inundaron nuestros barrios 😆 y no pude evitar caer en sus redes", dice.

Muhando, conocido como K-Zungu, es un artista de singeli, el primero que 😆 el país ha conocido con albinismo. "Zungu significa 'blanco' en suajili, y K es la primera letra del nombre de 😆 mi abuelo, Kaniki. Por eso elegí ese nombre", dice.

El albinismo, una afección hereditaria que resulta en una falta de pigmentación 😆 en la piel, el cabello y los ojos, que afecta a uno de cada 1.400 tanzanos, está relacionado con la 😆 superstición. Algunas personas creen mitos que afirman que las partes del cuerpo de las personas con esta afección pueden traer 😆 riqueza o curar enfermedades, lo que ha llevado a ataques y asesinatos. Las estadísticas de la ONU muestran que 75 😆 personas con albinismo fueron asesinadas en Tanzania entre 2000 y 2024.

Un ejemplo y una voz

K-Zungu, de 23 años, dice que 😆 tuvo suerte de tener una familia protectora y experimentar la relativa seguridad de una escuela para niños con albinismo. "Ir 😆 a la escuela me ayudó a ganar confianza. Tenía miedo, sí, pero no era uno de los que sufrían abusos 😆 por el albinismo. Siempre me sentí apoyado por mi familia y amigos", dice.

A los 13 años, sus padres estuvieron de 😆 acuerdo en que dejara la escuela para seguir "mi sueño de toda la vida de convertirme en músico". Para entonces, 😆 K-Zungu ya estaba enganchado con el singeli frenético, de alto tempo, desarrollado en la década de 2000 por jóvenes mujeres 😆 y DJs masculinos en viejos ordenadores y con micrófonos baratos.

K-Zungu, quien está por terminar su primer EP, está utilizando su 😆 música para desafiar los miedos en torno al albinismo. "Cuando estoy en el escenario cantando, abordo a las familias, instándolas 😆 a dejar que sus hijos salgan y se relacionen. Soy el ejemplo, mostrando que somos capaces de cualquier cosa. Soy 😆 su voz ahora, pero no quiero ser el único".

Su canción, Albino, describe a alguien que regresa a casa para encontrar 😆 a una pandilla de muchachos que amenazan con cortarle las manos y venderlas. "Merecemos paz y felicidad. Estoy orgulloso de 😆 mi color, soy yo", rapea en la canción, apelando al gobierno para que actúe contra aquellos "que atacan brutal y 😆 matan a nosotros".

En septiembre, fue escuchado por Abbas Jazza, el director gerente de Sisso Records y uno de los fundadores 😆 del grupo de talentos Singeli Movement. "Es especial; su fuerza y letras son devastadoras", dice Jazza. "Organizamos una convocatoria abierta 😆 [de artistas] en Tanga, y cuando mi equipo y yo lo escuchamos, supimos de inmediato: era él".

K-Zungu dice: "Ese día, 😆 mi carrera despegó". Los últimos meses ha estado actuando en Dar es Salaam y ha comenzado una residencia artística de 😆 seis meses en Alliance Française, un centro cultural apoyado por la embajada francesa.